sábado, 17 de mayo de 2014

RELATOS PRESTADOS: "LA MATANZA DEL CHINICO"


 "LA MATANZA DEL CHINICO"

Toda lengua  usada por un determinado conjunto de personas es un  elemento vivo que se presta a tener tantas variantes como diversas sean las comunidades en las que se halla asentada. Las variables tienen que ver con la idiosincrasia propia de los habitantes del lugar, climatología, modos y costumbres de vida, y  un largo etcétera.
Por eso que este relato que se presenta hoy, perteneciendo al castellano, sin embargo, corresponde a una modalidad de habla  determinada, propia de un área geográfica peninsular. Se trata del denominado "panocho", forma dialectal que tuvo su origen en la huerta murciana. Debido a la proximidad geográfica, su influencia ha sido fuerte en las zonas rurales del Almanzora, donde aún hoy es posible escuchar expresiones, vocablos y formas de habla provenientes del "panocho murciano", aunque esto ya cada día es menos frecuente.


RELATOS PRESTADOS  Conocí casualmente a Juan Antonio en una celebración. Corría el mes de mayo de 2013 y la jornada primaveral, alegre y distendida, se prestaba a la más pura camaradería, aderezado todo con el continuo intercambio de comentarios y divagaciones sobre extensa y variopinta temática, mientras degustábamos exquisita comida a la sombra de los almendros y regábamos ésta con refrescante cerveza y abundantes vinos. Fue entonces cuando, por casualidad, hizo su aparición el tema de las tradiciones orales. Comenté algo acerca de este blog y Juan Antonio manifestó su interés por hacerme llegar algunos relatos escritos en lenguaje panocho. Él cumplió su ofrecimiento. Yo trato de cumplir con mi promesa de incluir alguno de ellos en el blog y, a la vez, desde aquí enviarle mi más sincero agradecimiento. Ese es el motivo de "LA MATANZA DEL CHINICO". 
Celebración bajo los almendros
        

                                       LA MATANZA DEL CHINICO
NOTA: para mejor comprensión del texto, subrayo aquellas variantes que pueden presentar alguna dificultad o simplemente corresponden a un uso dialectal del idioma, y las transcribo entre paréntesis.

     Al rematar nuestra guerra
    que dejó España asolá, (DESOLADA)
    estábamos tos (TODOS) de hambre,
    cuasi (CASI) a punto de ladrar.

    Y bien m'acuerdo  (ME ACUERDO) una tarde,
    estando yo a descuidás, (DESCUIDADO)
    allegó (LLEGÓ) mi tío Perico
    con cara mu alegrá (MUY ALEGRE)
    una mano en el borsillo, (BOLSILLO)
    y en el brazo la gallá. (CAYADO= BASTÓN)

    -Mira, sobrino -me dijo-
    vengo a hacerte una envitá. (INVITACIÓN)
    tengo allí un animalico
    (mejor dicho, un animal)
    que me pienso  (PIENSO) que ya esté
    de cinco arrobas u ( O ) más,
    y esta noche si Dios quiere
    pienso darle la punchá. (PINCHAZO=MATARLO)

    Y  como sé que un güen piazo (BUEN PEDAZO= TROZO)
    no tíe (TIENE) que venirte mal
    aunque sea el viaje ango (ALGO) largo
    creo que no lo pensarás.

    Yo m'arrasqué  (RASQUÉ) er (EL) colodrillo, (ir al GLOSARIO)
    emprincipié (EMPECÉ) a bostezar
    y le dije: "Tío Perico:
    no me lo tome osté  (USTED) a mal
    pero tengo al zagalico,
    la criatura crespillá, (ir a GLOSARIO)

    la Jacintica con hipo
    y floja de no mascar (COMER)
    y si yo me voy solico,
    dengún (NINGÚN) gusto le va a dar."

    Pos sus venéis tos (PUES OS VENÍS TODOS) conmigo,
    ¡toma, no fartaba (FALTABA) más!
  
    No, mire os té (USTED), tío Perico,
    como es tarde pa arrancar (PARA SALIR= IR)
    iremos p'allá (PARA ALLÁ) el domingo
    y echamus la merendá. (MERENDAMOS)

    Cuando di a mi Jacintica,
    de gorpe la noticiá (DE GOLPE LA NOTICIA)
    se le abrió a la probetica (POBRECITA)
    la boca de pal en pal (DE PAR EN PAR)
    y, anda (HASTA) le dio la manía
    de revolcarse y llorar.

    -¡Madre de mi alma -decía-
    qu'atracá (ATRACÓN) me vi (VOY) a pegar!

    Pos (PUES) óyeme, Jacintica,
    si no me quies dejustar (QUIERES DIGUSTAR)
    no aprietes a la comía (COMIDA)

    que'estás mu desentrená; (MUY DESENTRENADA)
    come pa (PARA) dos u (O) tres días
    pero no comas pa (PARA) más.

    Y no sé qué hora sería
    er (EL) domingo e madrugá, (DE MADRUGADA)
    que pegué una resurtía (SUSTO)
    cuando me vino a llamar.

    -¡Anda, hombre, vamos arriba
    qu'hay (QUE HAY) que vistir (VESTIR) al zagal!
    Que no perdamos las migas (ir al GLOSARIO)
    y lo que venga detrás...

    -Pero, Jacinta, -le digo-
    ¡si entavía (TODAVÍA) no se ve (NADA)!

    Alleguemos ca (LLEGAMOS CASA DE...) mi tío
    cuasi (CASI) a las nueve pasás (PASADAS)
    y aquello fue la locura
    cuando nus (NOS) vieron llegar.

    Abrazos por la centura (CINTURA)
    besos, risas, manotás (MANOTAZOS)
    y angún repisco (ALGÚN PELLIZCO) que otro
    que le dieron al zagal.

    -Quieo (QUIERO) que veais mi ganao, (GANADO)
    que sé que sus (OS) va a gustar
    (dijo de pronto mi tío,
    en vez de dicir (DECIR) "a almorzar")

    Tomemos pa tor (ECHAMOS A ANDARR POR EL...) barranco,
    lleguemos (LLEGAMOS) a la hondoná  (HONDONADA)
    ande (DONDE) tenía mi tío
    toas (TODAS) las cabras careás (CAREADAS)
    y me ice (DICE): ¿Ves aquellas primalas?
    ¡toas (TODAS) están embarazás (EMBARAZADAS= PREÑADAS)!

    Principió (EMPEZÓ) a nombrarlas toas (TODAS)
    "La Morena", "La Salá",
    "La Clavellina", "La Nana",
    que yo esmallao (DESMAYADO) como estaba
    contestaba sin mirar.

    Nos fajemos (BAJAMOS) de la tierra
    a las dos aproximás (APROXIMADAS)
    y entonces dice ¡zagales!
    vinir que sus vi  (OS VOY...) a enseñar
    er (EL) bancal de los perales
    que tengo crillas (PATATAS) sembrás (SEMBRADAS).

    Su fuais venio (SI HUBIESEIS VENIDO) este verano
    ¡había unas brevas rayás (RAYADAS)
    y unos melones de año!...

    -¡La orden! qué barbaridá (BARBARIDAD)
    (dije yo por decir algo)
    ... y he tenío (HE TENIDO) una uva morá (MORADA)
    que eran los jranos de jordos (GRANOS DE GORDOS)
    como abercoques (ALBARICOQUES)  u (O) más.

    A cá (A CADA) cosa que él icía (DECÍA)
    yo icía (DECÍA) "qué barbaridá" (BARBARIDAD)
    y mi Jacintica que estaba
    sobre una higuera ajirmá (APOYADA)
    m'hacía (ME HACÍA) señas que tenía
    las rodillas añeblás. (EXHAUSTAS)

    En la boca que ponía
    le conocí lo demás...
    (y mi tío por el lindero
    cascando y venga cascar).

    Nus fimos pa la casica (NOS FUIMOS PARA LA CASA)
    sin parar de platicar
    y entonces dice mi tía
    venir que veáis mi pavá. (PAVADA= manada de pavos)

    Yo l'arreé  (DI) a mi Jacinta
    ar  (AL) descuido, una pisá (PISADA)
    y le igo (DIGO): ¡Échate ar (AL) suelo
    y di que estás mareá! (MAREADA)

    -N'hace farta (NO HACE FALTA) que me tire,
    que me caigo de verdá. (VERDAD)
    Antoces (ENTONCES) pilla (VA) mi tía
    y le dá una limoná. (LIMONADA)

    S'entra (ENTRA) mi tío pa (EN) la casa,
    s'echa (SE ECHA) la gorra pa trás (HACIA ATRÁS)
    y ice (DICE): "Ción" sube a la farsa...
    (yo digo pa (PARA) mi: "ya está")
    ... y abájale (BÁJALE) los retratos
    de la Isabel y el zagal.

    Yo, entoces, (ENTONCES) remataico, (ACABADO, AGOTADO)
    sin poderme enderezar
    voy y le igo (DIGO): "Tío Perico",
    ¿n'hablamos na (NO HABLAMOS NADA) de cenar?

    Y mi tí Perico, entoces, (ENTONCES)
    con la cara colorá (COLORADA)
    me ice (DICE): "Mira, sobrino,
    me tengo qu'avergonzao". (ME SIENTO AVERGONZADO)

    Afíjate (FÍJATE) en la tía Ción,
    ¡que está tamién (TAMBIÉN) afrentá! (AFRENTADA)
    Pero güeno, (BUENO) -digo yo-
    ¿por qe sus fais (OS VAIS) a apurar?
    ¡quien tíe (TIENE) un chino corgao (UN CERDO COLGADO)
    tiene la casa arreglá! (ARREGLADA)

    -Pos... sí... arrisulta... quer chino (PUES... SÍ... RESULTA... QUE EL  CERDO)
    nus lo... vamos comío ya. (NOS LO ... HEMOS COMIDO YA)
   -Pero... ¡por Dios! -dije yo-
    ¡eso es una animalá! (SAVAJADA)

    -Pos  si  (PUES SI) es que estábamos tos (TODOS)
    cinco días sin romear (RUMIAR)
    y en cuanto estuvo matao (MATADO)
    hicimos una fritá (FRITADA)
    con la saura, (SADURA) los bofos,
    los hígados, las lomás, (LOS LOMOS)
    manta y media de tocino
    y, como había poco pan,
    de los perniles (JAMONES) d'alante (DE DELANTE= DELANTEROS)
    l'echemos  (ECHAMOS) cuatro tajás. (TAJADAS)

    Con esto se pasó er (EL) día
    y a la noche, pa (PARA) cenar,
    echó la "Ción" en la olla
    los dos perniles d'atrás, (DE ATRÁS = TRASEROS)
    el rabo, las dos orejas,
    la cabeza y las papás (PAPADAS)
    y al otro día, por la mañana,
    en las migas, lo demás.

    -¡Güeno,(BUENO= BIEN) y si osté (USTED) me ice (DICE) esto
    arrimatao d'allegar, (AL MOMENTO DE LLEGAR)
    y antes de tanto paseo
    aquí no fuá pasao ná! (NO HUBIESE PASADO NADA)
    damos la güerta (VUELTA) en un velbo, (VERBO= PALABRA)
    vamos pa (PARA) Lorca ¡y ya está!

    Tiés (TIENES)  razón, sobrinico mío,...
    ¡Cosas que no son pensás!(PENSADAS)
 
    Autor:    Pedro Ruiz Fortes ("Juanillo el del Cabezo" )
Editado por la Concejalía de Turismo del E. Ayuntamiento de Lorca y la Asociación de Vecinos del Barrio de San José

GLOSARIO:

Arroba: en este caso se trata de una unidad de peso (11 kilogramos y medio). También existe la arroba de capacidad para líquidos.
Colodrillo: parte trasera del cuello, debajo de la nuca.
Zagalico: diminutivo de zagal. Es muy corriente en toda esta comarca la terminación -ICO como diminutivo. Su procedencia es aragonesa.
Crespillá: sólo he hallado el término "crespillo", que es un panecillo resultante de las sobras de la masa y propio de las zonas murcianas de Lorca y Cartagena. Este panecillo se daba a los niños para merendar. 
Migas: comida popular que tiene como base la harina de trigo o bien de maíz, a falta de la primera. Se trataba de una alimentación pobre, que con harina, agua, sal y aceite se cuece en una sartén, desmenuzando la masa en migas pequeñas. Se suele acompañar con los llamados "tropezones", cuando los había. Era la forma más común de alimentación en el campo. Hoy día se ha convertido para muchos en comida exquisita.
Chino: abreviación de cochino, cerdo, guarro, (en Latinoamérica "chancho").
Añeblás: abatidas, sin fuerza, exhaustas. (También atontado)
Romear: (variación de rumiar), masticar, comer

Manta de tocino: cada uno de los costados del cerdo. Al ser descuartizado, tras la matanza, las mantas de tocino, se rebañaban en sal y se colgaban para consumirlas poco a poco.
Careado/a: dirigidas, guiadas hacia un determinado lugar.
Cascar: hablar, chismorrear, darle a la lengua

Primala: este término se emplea para denominar a un animal, (en este caso hembra), que no está en sus primeros meses de vida pero que tampoco supera el año.

Pavada: bandada o manada de pavos

Apurar: acabar, terminar algo, poner fin a algo.

Bofo: sinónimo: fofo. Parte hueca, esponjosa, blanda y de poca densidad. Así se le denomina a la cavidad pulmonar de los animales en la variedad de habla de toda  esta comarca.
Ilustración de Vicente Ruiz Martínez

 
   

sábado, 8 de marzo de 2014

RELATOS PRESTADOS: "EL ROMANCE DE JUAN Y JUANA"

"JUAN Y JUANA "Toda historia, cuento o leyenda tiene su razón de ser. Muchas de ellas fueron tradiciones orales que durante siglos conformaron en gran medida la sabiduría de los pueblos, sus luchas,  carencias, creencias, burlas, ironías, sueños, alegrías y desesperanzas, reflejadas en episodios y hechos imaginativos que, transmitidas de generación en generación, han llegado hasta nosotros. Casi todas se hallan recogidas y documentadas hoy día en manuales escritos y también informatizadas. En este apartado sólo intento recopilar aquellas historias que algunos de los lectores de este blog me hacen llegar. En esta ocasión se trata de la "HISTORIA DE JUAN Y JUANA" aportada por Carmen


                                                 RELATOS PRESTADOS

He conocido personas entusiastas a lo largo de mis días, pero nadie ha superado a Carmen. Todo aquello que supone conocimiento, enriquecimiento o descubrimiento de algo novedoso, por arcaico que sea,  se hace realidad en ella. Es inquieta y emprendedora, soñadora y constante. Amante de lo sencillo y de lo bello, Carmen permanecería para siempre en cada uno de los momentos que le aportan disfrute o encanto.
                   

   
El texto  es un bello y gracioso romance popular, de los muchos que recorrían la península Ibérica, en el que se aprecia una historia marcada por el interés entre una pareja de pretendientes de los de antes,  pero con final desastroso, pues acaban enzarzándose en una descomunal riña. Según me comentó Camen, su abuela se lo relataba cuando ella era niña.

                     JUAN Y JUANA

Por gastar papel y tinta
y además por pasar tiempo
les voy a contar la historia
de dos novios de mi pueblo.
A él por Juan “ lanas”  le conocen
y por apodo "El becerro”,
sus piernas eran torcidas,
era cojo y también tuerto.
De trabajar no entendía
porque era blando de huesos,
con un pedazo de pan
se pasaba el día entero.
Ella se llama Juana
y era nieta de su abuelo,
más fea que el no tener
y hasta tenía un ojo seco.
Era chata en demasía
y su cuerpo tan mal hecho
parecía una morcilla
o un chorizo extremeño.

Un día, de matrimonio
le vino a Juan el deseo,
y poniéndose a pensar
pronto encontró su remedio.
Pensó en Juana y al instante
la hizo saber su deseo.
La dijo pues, Juana, escucha
mi atrevido pensamiento,
mis planes voy a decirte
que a los dos son de provecho.
Juana, si has pensado casarte,
tengo el mismo pensamiento
y a que seas mi mujer
si quieres estoy resuelto,
poco hemos de perder
tú y yo en este cuento,
tú eres pobre y yo soy pobre,
tú eres tuerta y yo soy tuerto.
Con que dime si te conviene,
respóndeme y acabemos.

Pero es menester pensar
y saber qué es lo primero,
cómo vamos a vivir
y ver el ajuar que tenemos.
Hablemos como un libro, Juana,
yo a nombrar mejor empiezo,
que sin duda como el tuyo
será el mío, poco más o menos.
Tengo para la cocina
dos cazuelas y un puchero,
el puchero esta rajado,
Las cazuelas lo mesmo.
Tengo una sartén pequeña
y otra grande con agujeros,
dos platos desportillados
y un cazo roto, muy viejo.
Poseo una silla coja
y un banquillo sin asiento,
pero no los necesito
porque me siento en el suelo.
De botellas y de vasos
es preciso que no hablemos.
Cucharas y tenedores
no tengo más que los dedos.
Tengo una camisa rota,
y otra vieja también tengo,
que la pobre está sin mangas
y le falta el delantero,
se le ha perdido la espalda
y también le falta el cuello.

Este es mi ajuar Juana
Y si es malo, acéptalo
como bueno.

No te llames pues a engaño,
ya sabes lo que poseo.
De ruin a ruin poco va
y para más igualdad
tú eres pobre y yo soy pobre,
tú eres tuerta y yo soy tuerto.
Dime ahora a ver cómo es el tuyo.
Nuestro muebles juntaremos
y cuando todo esté junto,
juntaremos nuestro cuerpos.

- Conozco, Juan, sin dudar
por lo que me vas diciendo
que eres más rico que yo,
ya lo verás que no miento.
Tengo una saya de tela,
pero con tantos remiendos
que no se puede saber
cuál fue su color primero.
Tengo un jubón destrozado
que por viejo no lo llevo,
pues más agujeros tiene
que ventanas un convento.
Camisas, quién las conoce, Juan,
tú dos tienes al menos,
que si por viejas no sirven
servirán para el trapero.

Tengo una cama muy ancha,
donde a dormir seis cabemos
y hasta doce si es preciso
porque mi cama es el suelo.
Me tapo con una manta,
que fue manta en algún tiempo,
pero está tan destrozada
que apenas me cubre el cuerpo.
De calzado y de medias
es preciso que no hablemos,
llevo, por no tener otras,
las que mis padres me hicieron.
De zapatos ni de medias es preciso
que no hablemos,
medias de pellejo humano
y zapatos de los mesmo,
gasto por no tener otros
los que mi padres me hicieron.
Ni sé hilar ni hacer calceta,
ni sé guisar un almuerzo
pues con mendrugos de pan,
de continuo me alimento.
Este es mi ajuar,
según es te lo presento,
como no tengo otra cosa
acéptalo como bueno.

- Juana, si pensé casarme,
fue sólo con el intento
de dormir un poco blando
y acomodado el pellejo
en un colchón, aunque malo,
pero por lo que estoy viendo
ni colchón, ni jergón, ni manta,
ni nada bueno tendremos.
Yo creí que eras mujer
algo hacendosa por cierto.
No te creí tan perdida,
aunque perdido me encuentro
unirme a una desmangada, (desmayada)
inútil de cuerpo entero.

Siento, mujer, que es muy cierto
que algo habíamos de hacer,
pues casarse es algo muy serio
y contigo ni aún en bromas,
más quiero ir al cementerio.
Tú en tu casa, si la tienes,
yo en la mía, si la tengo,
vivimos pues separados,
¡pues pa mujer no te quiero!

- ¿Qué dice don Juan sin tierra?
¿Que no quiere que nos casemos?
Pues que sea en hora buena
si libre de ti me veo,
porque eres un vagabundo,
mal trabajador y feo,
y llevas más sebo encima
que hay en casa de un velero.
No eres más que media luz,
tienes sólo un ojo abierto
y tienes más elifaces  (elifaces= término desconocido)
y más moquillo que un perro.

- Calla, ¿qué dice la hermosa,
cara de perro podenco
y narices de apagavelas?
Eres un monstruo salero,
y en la joroba que llevas
te pareces a un camello.
Para arreglar ensaladas
son tus dos ojos muy buenos,
el malo mana vinagre
y aceite mana el tuerto.
Eres un nido de pulgas
y también de otros insectos
que te hacen rascar aprisa,
y en rascar pasar el tiempo.

— Mira quién habla, buen mozo,
que siempre está en movimiento
rascándose las costillas
de que tiene lleno el cuerpo,
también la sarna perruna,
de que es un almacén lleno,
¿Yo mujer tuya? Ni en chanza.
¿Juntarme a ti? Ni lo pienso.
Vaya a paseo el malandrín.
Adiós pues, sarnoso perro.
Dios te dé malas tercianas,
sabañones y diviesos.

- Todo lo que me deseas,
fea Juana, te deseo
además un tabardillo
de mala clase, manchego.
Tu piel no es piel de persona,
que es de un geniudo abadejo.
Quédate con Dios pichona,
carita de un gato viejo,
que tienes pelo de zorra
y una barrica en tu cuerpo.

Se acabaron las palabras
y empezaron el jaleo
de trompazos, bofetones,
pellizcos y otros excesos.
Y gracias a los vecinos,
que a los gritos acudieron,
pudieron separarlos
después de muchos esfuerzos.
Salieron de la pelea,
la Juana con menos pelo,

toda la cara arañada
y un golpe en el ojo bueno.
El Juan salió como pudo,
con mucha sangre en el cuello,
pues la uñas de su novia,
en él desgarros hicieron.
El que quiera que lo crea
y el que no tiene un remedio,
que tome el tren cuando guste
y vaya a mi pueblo a saberlo.
Si alguno va, buen viaje,
que yo en mi casa me quedo.
Salud y muchas pesetas
y aquí se acabó este cuento.


           Este romence aparece también en romances tradicionales cántabros                                                           (Autor desconocido)

GLOSARIO:

En demasía:  en exceso.
Tuerto: ciego de un ojo.
Es menester: "es necesario", "es preciso"
Ajuar: conjunto de enseres, (tales como ropa, utensilios caseros, etc.), que una pareja llevaba al matrimonio.
Cazuela: recpiente de cocina de forma circular, ancho y poco profundo, generalmente de barro, con dos asas y tapa, usado para cocinar.
Puchero: recipiente redondo, alto y abombado, de boca ancha y con dos asas. Se usa para cocinar.
Desportillado: que le falta parte del canto o de la boca. Tener los bordes mellados.
Saya: enagua que solían llevar las mujeres bajo la falda o el vestido.
Jubón:  antigua prenda de vestir que, ajustada al cuerpo, cubría desde los hombros hasta la cintura.
Medias: prenda de vestir femenina, de tejido elástico fino con la que se cubre la pierna, desde el pie hasta el muslo.
Sebo: grasa saturada, sólida y dura, extraida de animales herbívoros.
Malandrín: persona malvada.
Terciana: fiebre que se repite cada tres días.
Tabardillo:enfermedad parecida al tifus, con fiebre alta y continua, alteraciones nerviosas y sanguíneas, y una erupción que cubre todo el cuerpo. Persona alocada y molesta.
Abadejo: pez marino, parecido al bacalao. Pájaro insectívoro, de unos nueve centímetros de largo y plumaje largo oliváceo.
Pichona:  cría de la paloma. Se aplica cariñosamente a las personas. (En este caso está empleado con ironía)






domingo, 23 de febrero de 2014

RELATOS PRESTADOS: "LAS TRES PROMESAS"


"RELATOS PRESTADOS" es un nuevo apartado con el que pretendo  enriquecer el blog de LA FUENTECICA. Son  colaboraciones bien de seguidores o bien de sólo lectores a los que, de antemano, muestro todo mi agradecimiento. Estas aportaciones tienen para mí una categoría especial por el interés e ilusión que los colaboradores han puesto en ello, por la gran valía de los relatos, y por ser historias, como tantas otras, surgidas de la fantasía, tal vez de sentimientos o de realidades de la vida, o de miedos, de sueños o de desesperanzas, o tal vez de anhelos inalcanzados, en diferentes lugares del mundo y en distintas circunstancias. Fruto de la fantasía o de la realidad, no importa, sirven para sumergir la imaginación  en lo desconocido y hacerla disfrutar con la belleza que conllevan.

Cada ser humano y cada pueblo transporta consigo recuerdos, vivencias y sabidurías dignos de ser conocidos, tanto por lo mucho que pueden aportar, no sólo de entretenimiento o pasatiempo, sino por la ayuda para visionar pinceladas de otros tiempos, de otras tierras, de otras formas de vivir.

Hoy, cuando las innovaciones, cambios y modas nos atropellan sin descanso, que ni tiempo nos dan para recuperarnos del bombardeo al que nos somete su constante e interesada propaganda o avance; cuando todo ello nos hace perder  la brújula de lo que debiera ser una más clara orientación de la vida, basada en la solidaridad, en  la justicia social, en la conservación y correcto mantenimiento del medio natural; cuando  tan atrapados estamos por lo virtual de las tecnologías, que ni nos permiten apreciar la realidad que nos circunda, que ni el vecino  nos importa, o  cuando el amigo lo es sólo si reviste algún interés; hoy, cuando renunciamos con la mayor indiferencia y menosprecio a aquello que constituyó pilar importante de nuestra cultura para acogernos a modismos que secuestran nuestras propias raíces, colonizan mentes y costumbres; hoy, aún restan personas no sometidas a esos nuevos estereotipos, sino que  prefieren conjugar la innovación con lo tradicional y de esa forma saborear todo aquello que enriquece el conocimiento, la imaginación, la fantasía y el humanismo.

Se inicia este apartado con el cuento "LAS TRES PROMESAS" aportado por José Antonio García Ramos.



José Antonio García Ramos, aparte de ser un excelente médico, es un enamorado de todo lo que forma parte del acervo cultural de esta tierra del Almanzora. Estudioso e investigador constante de todo lo referente a la medicina popular, no ha dejado de lado el estudio etnológico correspondiente a la provincia almeriense. Sus publicaciones, su participación en revistas y foros reflejan su inquietud, su entusiasmo y su entrega por dejar para generaciones futuras, no sólo el buen saber de la medicina, sino la forma de entenderla y practicarla tradicionalmente por parte de las gentes. A ello ha ido unida también una gran recopilación, por su parte, de diversas manifestaciones culturales de las gentes. Él me ha hecho llegar este cuento y a él debo, en gran medida, el nacimiento de este blog. Vaya por adelantado mi total agradecimiento.   


                LAS TRES PROMESAS                 

Dicen que cuando Cristo andaba por el mundo, un día que iba muy cansado se acercó  hasta una casa para pedir posada. El matrimonio, al escuchar la aldaba de la puerta, salió a ver de quién se trataba. Cristo, que iba totalmente desaliñado y extenuado por el cansancio, les pidió por favor que lo hospedaran por una noche. Ellos, aunque no sabían que se trataba del Señor, no  tuvieron inconveniente en dejarlo pasar, ofreciéndole la mejor cama que tenían. Bueno, en realidad sólo tenían una, y ellos, aquella noche, durmieron en el pajar. Al día siguiente el Señor, para compensarlos les dijo:

-Por lo generosos y buenos que habéis sido conmigo, podéis pedirme lo que queráis, que yo os lo concederé, pues yo soy Jesucristo. 

La mujer, que era muy comedida y prudente, le dijo:

-Señor, ¿qué voy a pedir yo? Sólo le pido que cuando me muera me dé "osté" la gloria.

A esto respondió el Señor que no se preocupase, que así se haría. Por su parte el marido fue más ambicioso y pidió al Señor tres cosas, diciéndole:

-Señor, yo quiero tres cosas: la primera es que donde yo me siente no me levante nadie, (ya que de todos los lugares donde se sentaba, lo levantaban y lo echaban). La segunda, Señor, es que todo lo que juegue, lo gane (pues siempre perdía en el juego). La tercera y última, Señor, es que todo el que se suba al peral que hay en la puerta, no se pueda bajar hasta que yo lo diga, (todos los años le quitaban las peras).

El Señor le dijo que no se preocupase, que así se haría, y se marchó. Pasó tiempo y un día se acercó por aquela casa la muerte. La invitó a sentarse y que descansase mientras él preparaba las maletas para el viaje. El hombre aprovechó para salir "pies, ¿para qué os quiero?", escapando a todo correr, pues sabía que la muerte no se levantaría así como así. Y, efectivamente,  la muerte bregó y bregó y hasta  pasados dos días  no pudo levantarse y salir huyendo como "alma que lleva el diablo".

Cuando vino por segunda vez, no quiso pasar a la casa, pues tenía miedo a ser engañada por aquel pillastres. Éste le dijo que mientras él se preparaba para el viaje que subiese ella al peral y cogiese una buena cesta de peras para el viaje. La muerte, ingenuamente, cayó en la trampa del hombre y subió al peral de donde no podía bajar. Ella le suplicaba que la dejase ir, pues había mucha gente esperándola. Pasados dos días él le permitió descender del árbol a la vez que huía a todo correr. Ella lo dejó ir y se marchó a visitar otros sitios donde tenía mucho trabajo.

Volvió la muerte por tercera vez, pero en esta ocasión fue muy precavida y,  tomándola por sorpresa, se  lo llevó.

El hombre le tenía dicho a su mujer que cuando muriera le echara una baraja en el bolsillo.  Ella así lo hizo.

Él no había sido bueno y fue de cabeza al infierno. Cuando ya llevaba allí varios días fue tomando confianza con el diablo al que desafió a un juego de cartas, diciéndole que si ganaba le dejara llevar todas las almas pecadoras al cielo, y si perdía él se quedaría en el infierno para siempre.  Así lo acordaron, riendo el diablo a grandes carcajadas, pues no imaginaba que existiese de por medio una promesa del Señor. Jugaron toda una noche y el diablo tuvo que rendirse, pues no llegó a ganar ni una sola partida, así que todas las almas del infierno marcharon, guiadas por el hombre, hacia el cielo.

-"¡Trac, trac!",- tocó el hombre en la puertas del cielo, pero nadie salía a abrir, hasta que por fin apareció San Pedro que, al verlo, le pidió la documentación y le dijo:

-Tú no puedes entrar aquí. Tu sitio es el infierno.

-Por favor le pido que, si a mi no,  al menos permita entrar a estos que vienen conmigo.

Al final, San Pedro, por no oírlo más, dejó pasar a los que le acompañaban, colándose el hombre en un descuido del santo y en un santiamén fue derecho a sentarse en su silla. Cuando San Pedro lo vio allí, montó en cólera y fue derecho a ver a Jesucristo y decirle que un sinvergüenza se había sentado en su silla. A lo que el Señor respondió:

-Pedro, lo siento, nada puedo hacer, pues le prometí que nadie lo levantaría del lugar donde se sentase y, como comprenderás, no puedo faltar a mi promesa.

Así fue como el jugador se quedó sentado en el sillón de San Pedro y éste anda dando vueltas de un lado para otro mascullando palabras que nadie entiende, pero todos imaginan. Y colorín colorado que el cuento se ha acabado.

Cuento popular

GLOSARIO:

"Osté": por usted. En el habla popular era normal la transformación de muchas palabras, creando un habla dialectal rica en expresiones y contenidos.
"Pies, ¿para qué os quiero?" : expresión que indica huida, escapada rápida, sin esperar a nada.
Bregar: afanarse, batallar, luchar por algo. 
Baraja: conjunto de naipes con las que se pueden realizar distintos juegos.
Mascullar: balbicir, murmullar, hablar entre dientes sin ser entendido.
           
                                
                                              Cartas de la baraja española