ACERCA DEL TÍO CARAJO Y LA TÍA MATRACA
Mi señor don Diego de la Caparrota, habiendo recibido misiva de su merced en la que de forma grácil y sutil requiéreme información acerca de algunas estampas de ocio de esta mi tierra, que a su entender sean alegres y jocosas, he de decirle que muy a mi pesar, sólo durante un breve espacio de días pude vivirlas de presente, pues en pasando éstos, me fue arrebatado el tiempo de su disfrute y pronto halléme en lugar donde sólo la severidad y la gravedad mandaban, aunque espero poder volver a las andadas en breve, si antes no para las matanzas. Así que paso a contarle lo que aconteciera una cálida noche, creo que entre S. Juan y S. Pedro, cuando aún la siega no había llegado a su fin, pero tampoco julio había hecho su aparición. Era costumbre del vecindario por entonces tener unas horas de esparcimiento y cháchara en la zona más elevada de la denominada Cuesta de los Deseos. Allí dábanse cita por igual grandes y pequeños, jóvenes y mayores. Así que en llegando a la cuesta, nos recostábamos sobre la tierra, pues de otro acomodo no disponíamos. Andábase ya la gente ligera de ropas y, a decir verdad, sobraba casi toda, pues la canícula apretaba de lo lindo. Aquella noche, una mozuela de buen ver, recitó un romance que a la sazón su madre había adquirido de un ciego y que llevó a las gentes a un hilarismo desternillante, haciéndose todo tipo de comentario gracioso, divertido, burlescos y picarón sobre las condiciones amatorias de los contrayentes, Carajo y Matraca. Pero también, al parecer, muchos de los visitadores de aquel lugar anduvieron aquella velada en desazón ante la lujuriosa deriva que el asunto empezó a tomar, viéndose obligados a reprimir la presión que en propia carne empezaba a ejercer el particular e imbarajable apetito libidinoso . Así que paso a transcribirle la afamada historia de “EL NUEVO CASAMIENTO DEL TÍO CARAJO CON LA TÍA MATRACA” , esperando sea tan de su agrado como lo fuera de aquellas gentes. Pronto recibirá su merced otras noticias de este su servidor
El Candil de la Fuentecica
EL NUEVO CASAMIENTO DEL TÍO CARAJO CON LA TÍA MATRACA
Este era un solterón Como quieres que ya valga
se llamaba el tío Carajo con los años que yo tengo;
que se quería casar si me encuentro sin narices
y ya contaba cien años. sin pulso y sin talento.
Una tarde en el paseo Me has engañado, Carajo,
se encontró con la Matraca si lo sé no me camelas
una vieja muy revieja teniendo yo tantos novios
ya que de los cien pasaba. y ahora quedarme soltera.
Buenas tardes, tía Matraca; Mira a ver si tienes algo
yo soy el tío Carajo me quiero desengañar:
que te quiero con locura no me comprometas tanto
y yo contigo me caso. pues te digo la verdad.
Pues lo has pensado bien Ya sabes mi oficio,
yo buscando novio estaba siempre ha sido el de pavero,
yo a ti también te quiero toma el moco de este pavo
Carajito de mi alma. eso es lo que yo tengo.
Yo aunque soy muy revieja Solterones y solteras
y no tengo dentadura que os encontrais sin novio
tú por eso no te apures no perdais las esperanzas
que te quiero con locura. que hasta el fin nadie es dichoso.
Aquel par de tortolitos Y a los jóvenes también
se ponen en relaciones yo les tengo que decir
como si fueran mozuelos que no bailen más la raspa
y hablando por los balcones. por lo que pueda ocurrir.
Y las tardes de paseo Y también os recomiendo
salían a pasear que no llegueis a esa edad;
cada cual con su cayada en pasando de los veinte
y ella su ramo de azahar. los mozos ya no os querrán.
Y la noche de casados Y este romance termina;
la tía Matraca observaba poner oido y atención
y le decía al tío Carajo para que nunca os veais
que no vale para nada. como Matraca se vio.
FAUSTINO GARRIDO, romancista. Benatae ( Jaén )
NOTA: Es copia exacta del romance, con errores ortográficos incluidos.
GLOSARIO:
Cayada: (cayado, bastón) bastón encorvado en su extremo superior que usan sobre todo los pastores.
Par de tortolitos: dos personas ciegamente enamoradas y que lo manifiestan abiertamente.
Camelar: engañar, seducir, engatusar.
Pavero: persona que cuida manada de pavos en el campo.
Moco de pavo: es un apéndice carnoso y eréctil que tiene el pavo sobre el pico. (“No ser moco de pavo”: La frase no ser moco de pavo se usa para dar a entender a alguien que el valor y estimación de una cosa es más importante que lo que él considera.)
Raspa: baile de origen mejicano, de Veracruz. Fue muy popular en España durante el siglo XX.
Azahar: El nombre de esta flor proviene del árabe al-azahar que significa flor blanca. Es la flor propia del naranjo y del limonero o cidro. Se da en zonas como la costa mediterránea.
Arriba izquierda: tortolitos. Arriba derecha: cayada. Abajo izquierda: flor de azahar. Abajo derecha: moco del pavo. |
Me ha encantado la historia del Tio Carajo y la Tia Matraca, en El Ejido mi abuela me contaba una historia parecida.
ResponderEliminarGracias por compartirla con nosotros